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Balance primera semana #Educaiguales 4ed
Mar 9, 2020

Durante esta primera semana en el curso “Educar en Igualdad (4ªed.)" se han abordado dos cuestiones que, a nuestro juicio, son fundamentales a la hora de reflexionar sobre igualdad. Por un lago, todo lo relativo a la coeducación y, por otro, qué son los estereotipos de género. Ambos aspectos están íntimamente relacionados. 

Cuando nos referimos a coeducación traemos al debate algo tan fundamental como la forma en la estamos educando a los más pequeños y pequeñas. Y es que en la coeducación se ponen en juego no solo la educación que no contribuya a reproducir las desigualdades de género, sino, más bien a eliminarlas. También es fundamental que las niñas puedan contar con referentes. El predominio de referentes masculinos, en las artes, en las ciencias, en las profesiones, hace que las niñas, y las mujeres también, en ocasiones nos sintamos huérfanas de referentes y, claro, lo que no se puede imaginar no se puede conseguir. Así, desde nuestro punto de vista, este sería uno de los aspectos clave de la coeducación: imaginar un mundo lleno de posibilidades para niños y niñas. Para esto, es fundamental que en las clases y en los libros de texto recuperemos la figura de mujeres que han sido referente en distintas áreas, visibilizándolas en igualdad con sus equivalentes masculinos, que son los que suelen venir en los libros y quienes forman parte del acerbo popular. 

La otra “pata” del contenido de la semana ha sido lo relativo a los estereotipos de género. En este campo son fundamentales, entre otras, la teoría del etiquetaje y el concepto de estigma (Goffman, 1963) y todo lo relativo a los procesos de socialización de género. La teoría del etiquetaje o labeling (en inglés Labeling theory) desarrollada durante la década de 1960 y 1970 plantea que  existe una mayoría social que califica o etiqueta negativamente los comportamientos de las minorías. El sociólogo Erving Goffman, a partir de esa teoría, desarrolla el concepto de estigma, definido como una marca social negativa usada para definir a una persona. Este pasa a ser entendido como la característica dominante en una persona, de tal forma que todos sus actos se interpretan bajo ese prisma (un ejemplo sería cuando decimos que alguien es pobre, en vez de decir que está en una situación de pobreza). En el caso concreto de las mujeres, si bien no somos una minoría numérica, sí podemos considerarnos como un colectivo “minorizado”, es decir, se nos aplican las discriminaciones por parte de una mayoría dominante masculina. Las consecuencias de este proceso son que los valores y características supuestamente femeninos, esto es, atribuidos a las mujeres, tienen una menor consideración social. Así, cuestiones como el cuidado, la afectividad, las emociones, etc. no se valoran suficientemente en nuestras sociedades. 

Otra cuestión fundamental a la hora de reflexionar sobre los estereotipos de género sería lo que se conoce como el proceso de socialización de género. Este sería el proceso mediante el cual los niños y las niñas aprendemos expectativas sociales, actitudes y comportamientos típicamente asociados con uno u otro género (Bussey & Bandura, 1999). Es decir, es el proceso mediante el cual somos socializados como niños y como niñas, aprendemos lo que se espera de nosotras y nosotros en tanto pertenecientes a uno u otro género. A partir de este aprendizaje hombres y mujeres interiorizamos la división de tareas en función del sexo, los roles de género, que son la base para la discriminación. Y en este punto nos gustaría hacer hincapié en una diferenciación fundamental a la hora de hablar de discriminación por razones de género: diferencia vs. desigualdad. Es decir, lo que crea discriminación no es la existencia en sí de distintos roles entre mujeres y hombres, lo que crea discriminación es la distinta consideración social de esos roles, es decir, es una cuestión de valor social. Esto tiene como consecuencia que, en el caso de la feminidad, esto es, cómo debemos comportarnos las mujeres, al asignarnos casi en exclusividad la dimensión afectiva, esta sea vista como “algo menor”, “que se hace de manera natural” y “derivada del amor”. Así, las labores de cuidado, de las otras personas o de los distintos vínculos afectivos, son minusvaloradas en nuestra sociedad. Este sería tan solo uno de los ejemplos de las exigencias de la feminidad, otros serían el mandato social del “cuerpo perfecto” o a una exigencia de “atraer o seducir al otro sexo”. La otra cara de la moneda nos la encontramos en la construcción de la masculinidad, con el mandato social de reprimir los afectos y la empatía en los varones. Así, rasgos como la competitividad, la fuerza, el control, el dominio, se siguen valorando en los niños y, penalizando en las niñas.

Todos estos aspectos se han trabajado a lo largo de esta primera semana en el MOOC, mediante por ejemplo la actividad de recuperar una mujer significativa en la vida de las personas que están haciendo el curso, y otras reflexiones entorno a la mujer y su invisibilización, así como sobre los estereotipos. Tareas cargadas de emotividad donde emergen figuras como: 

  1. Madres y abuelas, como por ejemplo nos cuenta Belén Ordejón en su blog, o el trabajo de Crzndemaestra en su entrada sobre la mujer que le inspira a ella, o Eduardo que nos da el ejemplo de una madre
  2. Maestras como nos propone Geligiauniverse en su entrada sobre una mujer significativa, o la excelente entrada de Eurídice dedicada a la maestra Cecilia con una estupenda narrativa,
  3. Artistas, como es el caso de iRiia que le dedica su entrada a Rosalía de Castro.

Y es que, la ausencia de referentes, como decíamos antes, se combina en este caso con la necesidad de visibilizar la silenciosa labor que las mujeres venimos haciendo. En estas tareas aparecen adjetivos como fuerte, luchadora, incansable, superviviente, humilde, creativa, divertida, resiliente, positiva, valiente, maravillosa, conocimiento puro, vida, magia, energía, asociados a mujeres conocidas y, sobre todo, a mujeres anónimas. Desde nuestro punto de vista, no puede haber una labor mejor de ruptura de estereotipos. 

Este aspecto también ha sido abordado por las personas participantes y aquí queremos destacar el trabajo de M de Maestra en su diario de aprendizaje donde nos deja entradas tan interesantes como “El Baile de la Desigualdad”, y en el que nos  aporta un recurso especialmente recomendable y que es el video El sentador de madres”; genial, divertido y paradójico a la vez. Destacamos también la forma original de presentar los resultados y reflexiones de ainhoa_pa_llorente  en la presentación que hizo en Genially sobre las distintas propuestas del curso. Y la reflexión de Marian en su entrada Aparentes cambios donde nos dice: “Las creencias que nos limitan a veces están disfrazadas con amor y cultivadas con comodidad”. También destacar y agradecer la constante actividad de Fer Ramos Fuentes compartiendo recursos, actividades y noticias de interés.

El evento de la semana ha estado dedicado al 8M y se han compartido numerosos carteles con mensajes reivindicativos para este día.

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Pinchando aquí podéis ver un resumen con los mejores carteles que se recogieron en esa actividad. Entrad y echad un vistazo a toda esa creatividad y reivindicación.

Gracias por vuestro trabajo y seguimos avanzando en el MOOC con nuevas ideas, actividades y reflexiones. Os recordamos que todavía están abiertas las inscripciones y que podéis apuntaros desde este enlace

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