Persona con gafas de realidad virtual

A estas alturas del siglo XXI, ya nadie duda del potencial que tiene el mobile learning o m-learning en los procesos de enseñanza y aprendizaje, y una evidencia de esta afirmación, reside en la constatación de que nos permite un aprendizaje ubicuo, un aprendizaje formal e informal, fomenta la alfabetización digital y potencia el papel del alumnado gestionando su aprendizaje, ya que el docente pasa a asumir el papel de guía en este proceso.

Partiendo del m-learning y teniendo esta metodología como entorno favorable, llegamos al empleo de otras tecnologías aplicadas al mundo de la educación, como son la realidad aumentada, la realidad virtual e inmersiva que han demostrado su enorme potencial a lo largo de estos últimos años. El informe NMC Horizon las cita como “algunas de las tecnologías con mayor crecimiento en los próximos años”. Tomando como referencia lo que apunta este informe, podemos afirmar que ya son muchos los centros educativos que las emplean de forma habitual para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Estas tecnologías nos ofrecen la posibilidad de crear escenarios virtuales que se combinan con imágenes reales o elaboradas y nos dan la oportunidad de vivir experiencias de forma más intensa, aproximándonos o sumergiéndonos directamente en esos escenarios virtuales, y, por otro lado, al ubicar al alumnado en el centro de la experiencia, se puede llegar a mejorar su ritmo de aprendizaje, ajustándose así tanto a las necesidades de refuerzo como de ampliación en cualquier materia.

Conociendo el reto al que estas potentes e innovadoras metodologías nos abocaban, iniciamos en marzo del 2022, en la 1ª edición de los cursos de formación del INTEF, la aventura formativa m-Learning, Realidad aumentada e inmersiva, que nos iba a llevar a lo largo de dos meses a descubrir todas las posibilidades pedagógicas y de mejora en las competencias docentes que estas tecnologías de la información y la comunicación nos podían reportar, y sobre todo con el claro objetivo de que al final de la aventura pudiéramos llevar a las aulas nuevas herramientas y experiencias pedagógicas que tuvieran un impacto positivo en los procesos de enseñanza y aprendizaje con el alumnado utilizando los dispositivos móviles.

Comenzamos adentrándonos en el m-Learning, conocer las posibilidades educativas de la realidad aumentada e inmersiva y ofrecer propuestas de implementación de estas tecnologías en el aula siguiendo la Taxonomía de Bloom. En esta fase del curso trabajamos con kahoot y quizziz y a medida que nos adentrábamos en la realidad aumentada experimentamos con los códigos QR aplicados a yincanas de forma que la realidad aumentada se combinó con la ludificación obteniendo interesantes propuestas y proyectos aplicados a las aulas.

Por otro lado, teniendo en cuenta que el aprendizaje depende en gran medida de la visión, ya que el cerebro humano dedica un gran porcentaje de su capacidad al procesamiento visual, el empleo de apps como Assemblr supuso un estupendo banco de trabajo para experimentar y probar a crear contenidos nuevos o presentar de forma más potente otros ya vistos de manera más tradicional.

Sin duda donde encontramos más novedades en cuanto a las herramientas y a los contenidos fue en el bloque relativo a la realidad virtual o inmersiva, pues se trataba de tecnologías especialmente valiosas para apoyar y mejorar el aprendizaje, la capacitación y la exploración por parte del alumnado ya que su utilización contribuye a incrementar la motivación del alumno y potenciar el aprendizaje a través de la experiencia.

Fue especialmente interesante el trabajo de experimentación con herramientas como Thinglink o CoSpaces, con las que el alumnado pudo crear contenidos aplicados a sus materias y niveles educativos, que incluso fueron implementados durante la realización del curso en las propias aulas, comprobando así la potencia y eficacia de estas tecnologías en educación.

Para concluir, los miembros del equipo docente del curso Mobile Learning, Realidad Aumentada e Inmersiva, después de tomar como referencia los datos aportados por el profesorado que participó en la actividad formativa, podemos afirmar que la gran mayoría valoró la formación como muy útil en la mejora de sus competencias profesionales y las apps empleadas en el curso fueron consideradas herramientas con mucho potencial educativo para aplicar en sus respectivas aulas.

Al mismo tiempo hemos podido disfrutar con el profesorado a lo largo de estos dos meses de formación compartiendo proyectos e ideas sobre estas tecnologías y herramientas innovadoras y potenciadoras de una nueva forma de entender el proceso de enseñanza y aprendizaje, abriendo puertas y caminos a la colaboración entre los docentes, y a nuevas realidades a las que sin duda tendremos que dar respuesta en este siglo XXI que tenemos por delante.

Equipo Docente