Tras estar viviendo confinados en nuestras casas por culpa de una pandemia que nos asola a nivel mundial, ya no parece tan descabellado tener un segundo plan en la recamara.
Pensar en un segundo plan, por si el principal fallara, es más que una falta de confianza o forma de ponerse en lo peor, una forma de saber que nada puede hacer que tu clase y su rutina se vean perjudicados de alguna manera; especialmente cuando nuestros recursos o una buena parte de ellos son de carácter tecnológico y muchas veces no dependen tanto de nosotros como quisiéramos.